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Ballena azul

© Oliver Scholey Hector Skevington-Postles / Silverback Netflix

El gigante marino


La ballena azul es la especie más grande que habita el planeta, con un largo que va entre los 25 y 31 metros, y un peso que oscila entre las 100 y 135 toneladas (el equivalente a unos 33 elefantes). Solo su corazón es del tamaño de un automóvil pequeño. 
 
Su inmenso cuerpo esbelto, es alargado e hidrodinámico, con una aleta dorsal muy pequeña, triangular, que no supera los 33 centímetros de altura. La longitud de la cabeza es menor que un cuarto del largo total del cuerpo, y las aletas pectorales son puntiagudas y relativamente cortas. Es de un color gris azulado, con pequeñas manchas claras a lo largo del cuerpo. La exposición de la aleta dorsal de la ballena azul al sumergirse es rápida y a ras de agua, al contrario de la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), lo que la distingue de ésta. 
 
El soplo de la ballena azul es grande y recto, y se ve como una sola columna que puede llegar hasta los 12 metros de alto (aunque posee dos espiráculos). 
 
La ballena azul es también una de las especies más ruidosas de la Tierra, usando ondas de muy baja frecuencia. Sus vocalizaciones son incluso más ruidosas que un motor a reacción: sus cantos alcanzan los 188 decibeles, mientras que el ruido de un jet llega a los 140 decibeles. La vocalización de baja frecuencia que emiten las ballenas puede escucharse a cientos de millas y es utilizado para atraer a otras ballenas azules. 

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Una especie en peligro

La ballena azul es actualmente una especie En peligro de extinción, según la Lista Roja de IUCN, al igual que según la Nómina de Especies Según Estado de Conservación (2023) del Ministerio del Medio Ambiente de Chile. 
 
Las amenazas a las que se enfrenta son principalmente el enmallamiento en redes de deriva, la colisión con embarcaciones, el ruido submarino, la contaminación por plásticos, el calentamiento global y el cambio climático que, junto con la sobrepesca del krill, pueden producir la disminución de su principal fuente de alimento en el hemisferio sur.
 
En relación a amenazas propias de la naturaleza, debido a su gran tamaño, la ballena azul no tiene predadores naturales cuando adulta, pero sus crías pueden ser vulnerables a predación por orcas o grandes tiburones.  

¿Qué está haciendo WWF?

Durante muchos años WWF ha trabajado con la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) para proteger los hábitats más críticos de especies emblemáticas como ballenas, pingüinos, focas, aves marinas y su presa: el diminuto krill antártico. 

En el océano Antártico o Meridional, la CCRVMA se ha comprometido a implementar una red de áreas marinas protegidas alrededor de la Antártida para proteger una diversidad de vida silvestre afectada por el cambio climático, incluyendo las áreas donde las ballenas se alimentan del pequeño krill. WWF trabaja con los científicos para generar información importante que ayude a los gobiernos a proteger estas vitales áreas de alimentación. 

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