Por Daniel Moraga
Unidad de Comunicaciones
WWF Chile
Hoy en día, apreciar a un grupo de ballenas nadando por los mares de nuestro país, no es solamente una imagen de película o documental, ya que con el paso de los años se han ido desarrollando diversos servicios que ofrecen la oportunidad de ver a estos maravillosos animales navegar en nuestras costas e interactuar con el ecosistema que nuestra Zona Económica Exclusiva proporciona, al servir como santuario ballenero.
Todo esto tiene que ver con una actividad que cada día está adquiriendo más reconocimiento, se trata de el avistamiento de fauna marina, una experiencia emocionante que en Chile ve sus orígenes alrededor de la década de los noventa. Son distintas las localidades que se benefician del turismo que genera la apreciación de distintas especies marinas, principalmente cetáceos, ya que casi el 40% de las especies de este grupo recorren las aguas del territorio nacional, entre ellas, la más grande del mundo: la ballena azul.
Estos servicios se ofrecen en lugares que van desde el norte grande hasta la zona austral, como Caleta Chañaral de Aceituno, en la Región de Atacama; Puñihuil y Quellón en la Isla de Chiloé; y el Parque Marino Francisco Coloane en la Región de Magallanes, entre otros.
Si bien esta actividad puede ser muy interesante y entretenida, hay que tener diversas consideraciones y resguardos a la hora de brindar estas experiencias, que juntas constituyen una serie de buenas prácticas:
1.- El periodo de avistamiento no debe durar más de treinta minutos.
2.- La velocidad de la embarcación no deberá ser mayor a la del animal, o a la del más lento del grupo que se esté mirando.
3.- La aproximación a las ballenas debe ser lenta y por un costado, respetando un ángulo de sesenta grados y evitando que sea directamente por detrás.
4.- Existen distancias mínimas que deben respetarse: 300 mts. para la ballena azul, 100 mts. para otras especies y 50 mts. para cetáceos pequeños.
5.- No se debe perseguir al animal si se aleja.
6.- Ante un comportamiento amistoso o acercamiento de la ballena, el motor de la embarcación deberá permanecer neutro y proceder a retirarse lentamente una vez que el animal se aleje.
7.- La nave no deberá interponerse en la trayectoria de los cetáceos, ni mucho menos entre una madre y su cría.
En Chile, existen y transitan una gran variedad de cetáceos, como por ejemplo: ballenas azules, jorobadas y cachalotes, entre los más grandes; mientras que se pueden encontrar en los grupos menores el delfín chileno (uno de los más pequeños del mundo), la marsopa espinosa e incluso la orca.
Además de lo anterior, siempre es bueno recordar la importancia de estos seres para el medioambiente y la conservación del ecosistema, puesto que califican como “especies paraguas” que proveen protección a la flora y fauna de los océanos. Por otro lado, cumplen con un papel muy importante a la hora de hacer frente al cambio climático, ya que pueden absorber alrededor de treinta toneladas de CO2 durante su vida, sin embargo, la contaminación de los mares, la sobreexplotación de recursos marinos, el ruido submarino y otras amenazas, ponen en riesgo la sobrevivencia de estos seres.
Por este motivo, es necesario llevar medidas de gestión efectivas y responsables a la hora de llevar a cabo actividades como el avistamiento de ballenas, con tal de no solo aportar a la economía local, sino también para cuidar las aguas donde habitan estos portentosos animales y proteger al planeta.
Conoce más sobre esto en nuestro Manual de Buenas Prácticas para Operaciones Marítimas de Avistamiento de Fauna Marina
Unidad de Comunicaciones
WWF Chile
Hoy en día, apreciar a un grupo de ballenas nadando por los mares de nuestro país, no es solamente una imagen de película o documental, ya que con el paso de los años se han ido desarrollando diversos servicios que ofrecen la oportunidad de ver a estos maravillosos animales navegar en nuestras costas e interactuar con el ecosistema que nuestra Zona Económica Exclusiva proporciona, al servir como santuario ballenero.
Todo esto tiene que ver con una actividad que cada día está adquiriendo más reconocimiento, se trata de el avistamiento de fauna marina, una experiencia emocionante que en Chile ve sus orígenes alrededor de la década de los noventa. Son distintas las localidades que se benefician del turismo que genera la apreciación de distintas especies marinas, principalmente cetáceos, ya que casi el 40% de las especies de este grupo recorren las aguas del territorio nacional, entre ellas, la más grande del mundo: la ballena azul.
Estos servicios se ofrecen en lugares que van desde el norte grande hasta la zona austral, como Caleta Chañaral de Aceituno, en la Región de Atacama; Puñihuil y Quellón en la Isla de Chiloé; y el Parque Marino Francisco Coloane en la Región de Magallanes, entre otros.
Si bien esta actividad puede ser muy interesante y entretenida, hay que tener diversas consideraciones y resguardos a la hora de brindar estas experiencias, que juntas constituyen una serie de buenas prácticas:
1.- El periodo de avistamiento no debe durar más de treinta minutos.
2.- La velocidad de la embarcación no deberá ser mayor a la del animal, o a la del más lento del grupo que se esté mirando.
3.- La aproximación a las ballenas debe ser lenta y por un costado, respetando un ángulo de sesenta grados y evitando que sea directamente por detrás.
4.- Existen distancias mínimas que deben respetarse: 300 mts. para la ballena azul, 100 mts. para otras especies y 50 mts. para cetáceos pequeños.
5.- No se debe perseguir al animal si se aleja.
6.- Ante un comportamiento amistoso o acercamiento de la ballena, el motor de la embarcación deberá permanecer neutro y proceder a retirarse lentamente una vez que el animal se aleje.
7.- La nave no deberá interponerse en la trayectoria de los cetáceos, ni mucho menos entre una madre y su cría.
En Chile, existen y transitan una gran variedad de cetáceos, como por ejemplo: ballenas azules, jorobadas y cachalotes, entre los más grandes; mientras que se pueden encontrar en los grupos menores el delfín chileno (uno de los más pequeños del mundo), la marsopa espinosa e incluso la orca.
Además de lo anterior, siempre es bueno recordar la importancia de estos seres para el medioambiente y la conservación del ecosistema, puesto que califican como “especies paraguas” que proveen protección a la flora y fauna de los océanos. Por otro lado, cumplen con un papel muy importante a la hora de hacer frente al cambio climático, ya que pueden absorber alrededor de treinta toneladas de CO2 durante su vida, sin embargo, la contaminación de los mares, la sobreexplotación de recursos marinos, el ruido submarino y otras amenazas, ponen en riesgo la sobrevivencia de estos seres.
Por este motivo, es necesario llevar medidas de gestión efectivas y responsables a la hora de llevar a cabo actividades como el avistamiento de ballenas, con tal de no solo aportar a la economía local, sino también para cuidar las aguas donde habitan estos portentosos animales y proteger al planeta.
Conoce más sobre esto en nuestro Manual de Buenas Prácticas para Operaciones Marítimas de Avistamiento de Fauna Marina