Posted on julio, 27 2020
En Chile y el mundo hay millones de personas intentando hacer de este un planeta mejor. Por eso, en esta sección queremos compartir contigo diferentes historias de aquellos que forman parte de la Generación del CambioEn nuestra sección de "Agentes de cambio" conversamos con Nicole Vergara de la Fundación Mingako quien nos contó acerca de la historia de esta organización ciudadana fundada en el 2015 y que se encuentra enfocada en temas de educación ambiental y revalorización de residuos.
Todo partició en una pequeña junta de seis amigos en el patio de la casa de Nicole, la única mujer del grupo y actualmente encargada de captación de recursos y comunicaciones de la Fundación. Todos los residentes de San Bernardo, jóvenes y entusiastas que vieron una oportunidad de hacer algo por el tema ambiental, en una zona que detectaron con una alta proliferación de microbasurales, lo que sucede en muchas comunidades periféricas de grandes ciudades a lo largo del país.
Fue así como, motivados por la recuperación de saberes y por llevar la sustentabilidad a las comunidades de una manera más cercana y real, convertido en un microbasural en un centro de Eco Educación, lo que significó un duro trabajo para recuperar el lugar y revalorizar los residuos que había, cuentos como fierros, latas, maderas, además de rescatar aquellos elementos que tu pueden posibilidades de un segundo uso.
Golpearon muchas puertas solicitando apoyo, “no teníamos financiamiento pero sabíamos que podríamos lograrlo, recibimos muchas donaciones que sí bien no eran en dinero, fue muy bonito porque descubrimos la Economía Social y Solidaria, que hoy es uno de los pilares fundamentales de nuestra organización, porque establece en el centro de todo el bienestar de las personas y de la naturaleza, a través de nuevas formas de generar recursos como lo son las alianzas donde se potencian ambas partes, trueques o donaciones, siempre buscando un comercio justo y potenciando la economía local ", Nos cuenta Nicole.
Generaron alianzas con instituciones educativas y ofrecieron cupos para prácticas profesionales, vieron la oportunidad de trabajar un programa de “A + S”, supliendo las necesidades que tenían como organización y siendo además una plataforma para la educación.
En ese proceso, Nicole señala que detectaron la sustentabilidad y el tema ambiental “ocupaba mucho tecnicismo que lo hacía ver un tema lejano, difícil e inaccesible, sobre todo cuando entra en el juego el mercado diciéndonos que para ser sustentables, teniendo en cuenta los elementos sensibles como cepillos de dientes de bambú, bolsas reutilizables especiales y bombillas de acero. A nuestro juicio la sustentabilidad no tiene que ver solo con eso. La sustentabilidad es algo propio de muchos territorios como este, del tipo urbano - rural, donde las personas antiguamente determinados huertos en sus casas, compraban en el almacén del barrio y los productos los llevaban envueltos en papel de diario o en sus propias bolsas para el pan por ejemplo ".
Hoy, a cinco años de su creación, y con más de 30 personas miembros de la organización que conforman sub equipos en diversas áreas como la innovación social, educación ecológica, captación de recursos, comunicaciones, administración. Además cuentan con un laboratorio Ecopopular, donde investigan y determinan temáticas sobre economía circular.
Nicole cuenta que comenzó a hacer agricultura orgánica en el patio y reutilización de residuos, en ese proceso, cada uno comenzó a desarrollar personalmente en diferentes temáticas de la sustentabilidad. “Somos una organización que estamos en constante aprendizaje para impulsar soluciones más innovadoras y comunitarias y que aumenten la resiliencia y la adaptación al cambio climático”, comenta.
La Fundación Mingako desarrolla productos y servicios que son valorizados bajo los principios de economía circular y comercio justo, y que son vendidos para financiar las actividades gratuitas que ofrecen en la comunidad de San Bernardo, cuentos como proyectos de capacitación en reciclaje y compostaje, además de jornadas de voluntariado y formación en ecología, donde los participantes reciben educación a través de la metodología de aprendizaje experiencial que promueven.
La historia tras el nombre
En sus inicios, la Fundación se encontró “Basura Cero” y con el tiempo cambia de nombre por el actual porque “el mingako nos encontró”, dice Nicole, “cada vez que nos reunimos para trabajar para la conformación de nuestro centro, no solo nos juntábamos a hacer eso, sino que también había mucho de compartir, la comida, las conversaciones, y se generaba comunidad, contribuyendo al fortalecimiento del tejido social, que finalmente es el gran motor para generar cambios en nuestra sociedad ”.
Mingako es una palabra del mapa que sirve para referirse a actividades colectivas sociales que se realizan por un bien común. Se establece que quien invita, convida a los participantes a una comida luego de terminar la actividad.
Diferentes pueblos originarios y comunidades rurales usan todavía el mingako para nombrar actividades agrícolas como la cosecha y siembra que se hace en colaboración.
Trabajar en tiempos de Covid19
Actualmente, en el contexto de la pandemia, la Fundación Mingako ha debido congelar muchos de los proyectos que desarrolla para enfocarse fuertemente en un modelo de recuperación de alimentos y así evitar el desperdicio de afectados e ir en apoyo a comunidades y familias vulnerables afectados por la crisis sanitaria. Esto a través de ollas comunes y entrega de canastas familiares automáticamente.
Las familias han sido registradas en un desastre de la Fundación y tienen conocimiento de los aportes que recibieron son parte de una recuperación de alimentos descartados, Mingako ha gestionado un modelo para que, un modo de retribución, las familias reciben recolección de residuos cuentos como tapas y botellas plásticas que son gestionadas en el Eco Centro, a través de sus máquinas "Precious Plastic" y que posteriormente transforman en protectores faciales para entregar a familias y estudiantes del Liceo Industrial de San Bernardo. También recibimos residuos orgánicos de las ollas comunes para el vermicompostaje, tuvimos la fecha más de una tonelada de residuos gestionados.
El modelo de recuperación de alimentos es posible gracias a las alianzas que la Fundación tiene con el Mercado Lo Valledor, para frutas y verduras, y con la Red de Alimentos que abarca el descarte en supermercados.
Además, para complementar las canastas, se adquieren los productos locales y comprados a granel, de esa forma se aseguran de los suplir los requisitos para una alimentación nutritiva y de calidad para quienes reciben.
A fines del 2020, la Fundación Mingako publicará un libro que recopila 16 problemas socioambientales que afectan el modo de vida de los territorios y sus soluciones, cualesquiera que sean abordados desde distintas aristas.
Esperamos que haya recibido la historia de esta increíble organización promotora de cambios a través de la educación ambiental y la sustentabilidad.