La COP30 debe ser la cumbre en la que la naturaleza se ubique en el centro de la acción climática integral

Posted on noviembre, 06 2025

La COP30, que se celebrará en el corazón de la Amazonía brasileña, representa una oportunidad histórica para que los países del mundo impulsen un nuevo pacto global basado en justicia, equidad y solidaridad. Para ello, WWF llama a transformar el sistema de financiamiento climático y de biodiversidad, acelerar la adaptación y consolidar una transición energética justa, socialmente inclusiva y ambientalmente sólida en América Latina y el Caribe.

A diez años del Acuerdo de París, la cooperación internacional enfrenta una gran prueba. Los países presentan nuevas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) que deben reflejar los resultados del Balance Global, pero las proyecciones muestran que los compromisos actuales están lejos de alcanzar la reducción del 43 % de emisiones necesaria para mantener el límite de 1,5 °C. En 2024, el planeta superó por primera vez ese umbral durante todo un año, intensificando los impactos del cambio climático: olas de calor prolongadas, sequías, incendios, blanqueamiento de corales y pérdida de ecosistemas esenciales. Este escenario exige decisiones firmes y una acción climática transformadora que impulse una transición justa y sostenible para las personas y la naturaleza.

La región latinoamericana, una de las más ricas en biodiversidad y al mismo tiempo una de las más vulnerables, enfrenta las consecuencias sociales y ecológicas de la triple crisis ambiental: cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación. Su papel estratégico en la conservación de ecosistemas y en la provisión de soluciones basadas en la naturaleza la convierte en un actor esencial para cumplir los objetivos globales. Sin embargo, el acceso a financiamiento sigue siendo limitado y desigual: América Latina recibe menos del 10 % del financiamiento climático mundial, pese a albergar más del 40 % de la biodiversidad del planeta.

“América Latina y el Caribe son regiones esenciales para la estabilidad climática y ecológica del planeta. Sin embargo, siguen enfrentando una profunda brecha entre los compromisos globales y la realidad del financiamiento. La COP30 en Belém debe marcar un punto de inflexión: necesitamos un nuevo pacto financiero que reconozca el valor de nuestra naturaleza y garantice justicia, equidad y acceso directo a los recursos para quienes enfrentan en forma directa y temprana los efectos de la crisis climática”, señala Roberto Troya, vicepresidente senior y director regional de WWF para América Latina y el Caribe.

Las prioridades de WWF para la COP30 apuntan a transformar la acción climática global con compromisos concretos, ambición renovada y mecanismos de implementación sólidos. Esta cumbre en Belém debe ser decisiva para cerrar el primer ciclo de ambición del Acuerdo de París y mantener viva la meta de limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Para lograrlo, WWF insta a los países a presentar NDC 3.0 más ambiciosas, alineadas con el Balance Global e integradas con metas claras para 2030 y 2035. Estas deben incluir la eliminación acelerada de los combustibles fósiles, la protección y restauración de ecosistemas terrestres y marinos, y un incremento sustancial del financiamiento y la cooperación tecnológica hacia el Sur Global.

“Hemos visto que hay puntos de inflexión climática que ya se están superando, y eso tiene consecuencias directas para Chile y América Latina, una de las regiones más expuestas a la crisis. Por lo mismo, estamos en un momento crucial que requiere decisiones y acciones urgentes, pero que estén muy vinculadas y aterrizadas a las regiones y territorios, con impactos medibles que nos permitan verificar los cambios positivos que necesitamos, tanto para la naturaleza como para las personas. En Chile es clave avanzar en grandes acuerdos territoriales para poder tener visiones consensuadas, donde los usos puedan ser compatibles con la protección de los ecosistemas y generar beneficios para un desarrollo sustentable, equitativo y que genere resiliencia frente al cambio climático”, comenta Ricardo Bosshard, director de WWF Chile.

 

Puntos clave para la región y el planeta

En este marco, la conferencia debe avanzar en tres ámbitos decisivos para América Latina y el Caribe. Primero, la adopción de un paquete de medidas sobre la naturaleza que garantice detener y revertir la deforestación antes de 2030, consolidar el Fondo para la Conservación de los Bosques Tropicales y vincular la acción climática con el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal. Asimismo, subraya la urgencia de avanzar hacia un financiamiento climático justo y previsible, con el objetivo de movilizar 1,3 billones de dólares anuales al 2035, destinados a mitigación, adaptación y pérdidas y daños.

En segundo punto, avanzar hacia una adaptación efectiva y una justicia climática real, mediante indicadores integrales y robustos que permitan la implementación efectiva de la Meta Global de Adaptación que fortalezca la resiliencia social y ecológica, integre conocimientos científicos y saberes tradicionales, y promueva la restauración de paisajes y la gestión sostenible del agua.

En tercer lugar, los países deben avanzar hacia una transición energética justa y centrada en las personas, eliminando progresivamente los combustibles fósiles, evitando falsas soluciones y potenciando las energías renovables, la eficiencia y el acceso universal a la energía. Este proceso debe generar empleo digno, beneficios equitativos y desarrollo local sostenible.

Estas decisiones deben venir acompañadas de un financiamiento justo, transformador y accesible, que incremente los flujos hacia la región, fortalezca el acceso directo y garantice transparencia y resultados medibles. Este financiamiento debe alinearse con las metas del Marco Global de Biodiversidad y priorizar a pueblos indígenas, comunidades locales, afrodescendientes, mujeres y juventudes.

En cuanto a la Agenda de Acción Climática Global, WWF respalda la propuesta de la presidencia brasileña bajo el principio de mutirão —colaboración colectiva—, que busca conectar la acción climática con la vida real de las personas, reforzar el multilateralismo y acelerar la implementación del Acuerdo de París, integrando a gobiernos, sociedad civil y sector privado en una acción coherente, inclusiva y transformadora.

La celebración de la COP30 en Belém do Pará, donde hace tres décadas se gestaron las Convenciones de Río, ofrece un contexto simbólico y político decisivo para fortalecer la coherencia entre los acuerdos de clima, biodiversidad y desertificación, y para reactivar la confianza en el multilateralismo.

La COP30 en Belém, en el corazón del Amazonas, debe ser decisiva para cerrar el primer ciclo de ambición del Acuerdo de París y mantener viva la meta de limitar el calentamiento global a 1,5 °C
© Zig Koch /WWF
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