Humedales: fuentes de vida que debemos proteger más que nunca
Posted on enero, 31 2020
Por Rodrigo Catalán, director de Conservación de WWF Chile“Los humedales están llenos de vida” es la idea fuerza que promueve este año la celebración del Día Mundial de los Humedales, que se conmemora el 2 de febrero. Con esta frase se busca destacar la gran importancia que tienen para la biodiversidad, dado que son el refugio para una amplia variedad de plantas, animales, peces y aves. Se estima que los humedales de agua dulce son el hábitat de más del 40% de las especies a nivel mundial.
Esa vida que palpita en los humedales también la percibimos diariamente a través de los servicios ecosistémicos que brindan, tales como la regulación del ciclo del agua, con lo cual ayudan a prevenir inundaciones y moderan el impacto de las sequías. Son, en consecuencia, una excelente solución basada en la naturaleza para la adaptación al cambio climático. Respecto a la mitigación, cumplen una función de reservorios de carbono, pero si se encuentran en un estado de degradación se pueden convertir en una importante fuente de emisiones.
En ocasiones, además, los humedales pueden prestar también servicios asociados al paisaje y el esparcimiento, generando oportunidades para el turismo de naturaleza.
Este año en Chile la celebración del 2 de febrero tiene un carácter especial, ya que luego de tres años de tramitación, el país ya cuenta con una ley para proteger los humedales urbanos, iniciativa que comenzó a impulsarse desde Valdivia, una “ciudad humedal” por esencia.
Contar con este respaldo legal era una necesidad urgente, dada la gran cantidad de amenazas que actualmente se ciernen sobre estos ecosistemas, las que se exacerban en las zonas urbanas. Entre ellas se cuenta la contaminación, el drenaje y el relleno por urbanización, todas las cuales ven agudizados sus impactos a causa del cambio climático.
En muchos rincones de Chile los humedales son parte de las ciudades y se insertan también en las dinámicas cotidianas de las comunidades locales, aunque muchos parecen no notarlo. Frente a esto, una de las medidas más potentes para comenzar a protegerlos en forma efectiva es educar a la población sobre el valor, en general poco conocido, que tienen. Por ejemplo, existe una estrecha relación entre ellos y el desarrollo de ciudades sustentables y resilientes a los efectos del cambio climático.
Otra acción clave es diseñar e implementar medidas para proteger y restaurar los humedales, considerando también incentivos que permitan apoyar el trabajo de las organizaciones e iniciativas locales que han sido reconocidas como cruciales para impulsar la ley de humedales.
Ahora, en lo inmediato, la puesta en marcha de esta normativa debe llevarse a cabo en forma urgente, y en paralelo, se debe avanzar hacia la protección de todos los humedales del país, particularmente de aquellos más amenazados, como los costeros y altoandinos.
Con ello no solo se podrá conservar la biodiversidad, sino que también contaremos con más herramientas naturales para combatir el cambio climático y podremos seguir recibiendo los beneficios que los humedales proveen a la comunidad.