Posted on agosto, 22 2025
El 2019 Sebastián se inicia en la Escuela Popular de Teatro de Recoleta, donde en medio de las manifestaciones artísticas y el fuerte sentido social que lo mueve a acercar el arte al espacio público, descubre una expresión que lo ayuda a concretar esa meta: las marionetas.
Empezó a crear espectáculos con el concepto de marionetas gigantes que lo llevaron junto a su pareja, Javiera Olivares y la compañía que conforman, Mediamarioneta, a Bolivia y Argentina, compartiendo con la población de cada lugar el tema del cambio climático de la mano de “Totoma”, una marioneta que representa el último simio del planeta que se encuentra con vida, ya que producto de la deforestación y los incendios forestales ha debido escapar de su hábitat.
The Herds
The Herds o “La estampida” es una iniciativa de arte público que busca fortalecer el vínculo entre las personas y el mundo natural para visibilizar la emergencia climática. La acción consiste en una caravana de marionetas en tamaño real que circula por las ciudades en una ruta de 20 mil kilómetros entre la cuenca del Congo hasta el Círculo Polar Ártico, simulando su migración producto de la crisis climática.
La instancia cuenta con la colaboración de más de 150 instituciones educacionales, gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil, incluyendo a WWF, y su presentación está contemplada entre los meses de abril y agosto, siendo Sebastián el único chileno en formar parte de la iniciativa.
¿Cómo llegaste a The Herds?
A diario consultaba junto a mi amigo, Gonzalo, si había alguna oportunidad de trabajo, colaboración o taller para participar. Y resulta que, en un momento, Alice, una productora de The Herds me comentó la posibilidad de aplicar mediante un video. Recuerdo que me pedían un video en inglés, idioma que no manejaba en ese momento, así que resultó un desafío. Fue emocionante el proceso, y una vez adentro, me di cuenta que con una colega de Perú éramos los únicos sudamericanos.
La verdad es que para mí ha sido un sueño hecho realidad participar de esta instancia internacional. En Chile es difícil sostener el oficio de ser manipulador de marionetas, sobre todo si el trabajo va enfocado en el espacio público. Esta oportunidad ha permitido que, además de mostrar mi arte, pueda aprender sobre el proceso de producción, construcción, dirección artística y manipulación de las marionetas. Durante todo el proceso he tratado de mantener las antenitas atentas para aprender.
¿Crees que se podría realizar algo similar en Chile?
Creo que es complicado, pero posible. Hace un tiempo la Fundación Teatro a Mil presentó a Amal, una performance de una marioneta gigante que representaba a una niña inmigrante que huía de la guerra. Afortunadamente, también participé de ese proyecto.
¿Cómo ves la recepción del público frente a la propuesta? ¿Consideras que estas iniciativas ayudan a que la gente pueda tomar cierta posición frente a temas ambientales?
La verdad es que es bien complejo, hay que tener conciencia que finalmente esto se trata de hacer entender a la gente lo que está pasando, y muchas veces, cuando uno vive en su burbuja, en su círculo, a veces es difícil mirar lo que ocurre afuera. A nosotros nos tocó la oportunidad de formar parte de una compañía compuesta por 42 personas de 19 países distintos que nos permite percibir el cambio en las personas, ver cómo reaccionan frente a las propuestas, encontrándonos con gente que lo agradece mucho, otra que llora y otra que simplemente no entiende. Frente a lo último, creo que es importante considerar que a la hora de presentar una actividad de este tipo hay que contar con varias capas que sirvan para nutrirla y reforzar lo más posible el mensaje.
¿Qué te llevó a incluir la naturaleza en tú trabajo y por qué te es tan importante el espacio público?
Considero que hemos ido perdiendo el sentido de comunidad. Yo vengo de un barrio, de una población donde veo a los jóvenes cayendo en adicciones y en actividades ilícitas, ya sea por falta de oportunidades, por no conocer otras realidades, por costumbres, etc. Entonces, mi idea es llevarles un show que no solo sea bonito, es buscar un poco más allá y darle la vuelta, generar un impacto.
¿Qué consejo podrías darle a la gente para contribuir al cuidado de la naturaleza?
Yo siento que es complejo abordar este tema porque muchas veces las personas no realizan sus acciones porque sean malos, es por costumbre o por ignorar los impactos que pueden causar. De todas formas, creo que la educación es muy importante y tratar de tener más conexión con la naturaleza, soltar un poco las pantallas, conectarnos con lo que nos pasa dentro y también con gente que nos rodea, empatizar con nuestro entorno.